Por Marta Lamas
Fue llamada con distintos nombres a lo largo de nuestra historia local, pero siempre mantuvo su rol de plaza principal a cuyo alrededor se desarrolló el centro cívico. Atravesada por el Arroyo de las Chacras a cielo abierto en los primeros años, al ser éste entubado unió el conjunto de cuatro manzanas y permitió una más fluida sociabilidad y un uso comunitario de la plaza al no tener que usarse los puentes peatonales para cruzarla.
Siguiendo con un poco de historia, sin dudas las primeras actividades culturales locales fueron acordes a la época de pocos habitantes en un pueblo de la campaña, modificándose a partir de que el progreso lentamente introducía nuevos usos y costumbres.
Las fiestas cívicas culminaban con bailes populares y toda inauguración o visita de funcionarios eran convocantes para reunirse y compartir estos acontecimientos.
La llegada del tren y con ello el nacimiento del turismo en estas costas, colaboraron al crecimiento de la población estable, surgieron las actividades deportivas, se construyó el primer Teatro Colón, se formó la primera banda de música y también el Ajedrez fue armando su propio espacio, entre muchas otras actividades.
La Plaza renovada
Como uno de los principales testigos de los cambios edilicios, sociales y culturales de la historia lugareña, hoy la Plaza San Martín nos vuelve a sorprender con un renovado aspecto en una de sus vidrieras más expuestas, frente a la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia.
A partir del incansable y permanente trabajo que viene haciendo la Directora de Restauración de Monumentos de la Municipalidad Costanza Addiechi, se pueden apreciar estos cambios con la puesta en valor del Palco de los Músicos, del Tablero de Ajedrez que contiene el mismo, y las farolas del antiguo alumbrado público.
Sin fecha exacta de la construcción del Palco, sin dudas ya estaría en la plaza para las presentaciones de las bandas de música desde finales del siglo XIX, y sí está registrada su remodelación en 1938 cuando se hizo una gran reforma y modernización de las plazas fundacionales de la ciudad.
En cuanto a las farolas, fueron utilizadas por varias décadas en el alumbrado urbano y reemplazadas por otros sistemas lumínicos, probablemente desde fines de los ’60. Sólo quedan estas dieciocho que, ya restauradas y pintadas, fueron emplazadas por el Envial para iluminar nuevamente las noches de la plaza.
También se restituyeron un antiguo reloj que perteneció a la vía pública, y dos copones que supieron adornar la Rambla Francesa, el más añorado paseo costero que se recuerda por su diseño y particular belleza. Los basamentos que los sostienen fueron mandados a construir por Adolfo Primavesi cuando, al demolerse la rambla en 1939, fueron destinados a adornar distintos espacios públicos.
El cartel que se colocó en la entrada de la Plaza en Av. Luro y San Luis, es de hierro fundido y perteneció a los antiguos carteles de publicidad de la ciudad, que ahora, al igual que en Plaza Mitre, cuenta la puesta en valor de este sitio tan emblemático e histórico.
Bandas de Música
Sin dudas, uno de los símbolos culturales que más unió a los pueblos desde tiempos remotos, ha sido la música. Bajo la protección de Euterpe y compuesta generalmente por instrumentos de viento y percusión, las bandas han llegado hasta los pueblos más alejados como vehículo conductor del arte.
Principalmente divulgadoras de repertorios populares, estos conjuntos han representado las primeras exteriorizaciones orgánicas de la música en los poblados provincianos y alejados de elementos, muchas veces técnicos, que sin embargo no empañaron la difusión y disfrute de su arte.
En el sentido más nostálgico y romántico, fueron la compañía en los atardeceres de las reuniones dominicales, habiendo adquirido así un sitio de privilegio inextinguible en la simpatía popular, que hoy en día se reitera en cada una de sus participaciones.
En Mar del Plata
En apretada síntesis, estos son los hitos más destacados de las formaciones de bandas de música, que con distintas denominaciones y períodos de duración, fueron conformando las bases de la rica historia artística que hoy nos enorgullece.
Por primera vez, cronológicamente hablando, aparece la intención de la creación de una Banda de Música en la sesión de los municipales del 18 de marzo de 1887, cuando entre los temas a tratar se lee: “Una solicitud del profesor de música Don José Calvo, proponiendo a la Municipalidad la formación de una Banda de Música y que la Corporación pase una subvención de cuarenta pesos moneda nacional mensual.” Esta propuesta surgió de una Comisión que era presidida por el médico rural doctor Alejandro Camusso (padre de quien fuera Intendente 1934-1940) e integrada entre otros por Pedro Nougués y Juan Bautista Saffouret.
La iniciativa tuvo gran repercusión en el ámbito social y cultural del entonces pueblo de campaña, y la Sociedad Filarmónica “La Cosmopolita” era quién evidentemente organizaba las presentaciones de la Banda habiendo acordado en septiembre de 1887 con la Municipalidad: “…Desde Noviembre del corriente año, hasta Marzo inclusive de 1888, tocará piezas de su repertorio todos los Jueves de 8 a 10 de la noche en la Plaza, e igual tiempo los Domingos, en las horas que la Municipalidad designe, con un personal que no baje de quince músicos, y que fuera de estos casos, también puede utilizar los servicios de la Banda para la celebración de las fiestas patrias y otras funciones de carácter público.”
El conjunto denominado “La Armonía” se creó en 1888, dirigido por el maestro Laureano Bautista, quien era oriundo de España y con gran experiencia musical.
En 1891 surge la sociedad musical “La Popular” bajo la dirección del maestro Cianchetta, quien fue reemplazado por el maestro Trucchi, y tuvo como objetivo principal la creación de una Escuela de Música. Con respecto a esta banda, cuenta el periodista y expresidente del Ente Municipal de Cultura Nino Ramella, que su bisabuelo Juan Bautista Saffouret Lanusse fue Presidente Honorario de la misma, a la que aportó económicamente para la compra de
instrumentos, uniformes, sueldos de músicos, etc.
La comisión fundadora estaba integrada por los señores Ferrucio Cavalotti, Pablo Berlandi, Lorenzo y Anselmo Gaspari, Samuel Manetti, Carlos F. Sesia, Priamo Racheti, Cándido Rodríguez, Simón Peranzola y José Nicolella.
Bajo la dirección sucesiva de los maestros Volpini y Cavazzoni, se presentaba la banda “La Garibaldina“ desde 1898, cerrando de esta manera el ciclo inicial de formaciones musicales de las bandas marplatenses, cuando todavía no éramos ciudad.
En la siguiente etapa, son destacables los esfuerzos de los maestros Cianchetta y Cavazzoni para mantener sus conjuntos hasta después de 1910 habiendo participado de los festejos oficiales celebrando el Centenario de la Revolución de Mayo.
Finalizando esta síntesis de sus inicios, cabe destacar que la municipalización de la Banda de Música se oficializó durante la intendencia de Luciano Arrué en 1919, tomándose como fecha el 3 de marzo para celebrar su aniversario cada año.
Ajedrez
Mar del Plata se ha destacado por ser sede en varias ocasiones de importantes congresos, espectáculos y acontecimientos deportivos entre otros rubros. Aún hoy se discute la ubicación del Ajedrez como ciencia o deporte, pero el Comité Olímpico Internacional (COI) lo considera dentro de estos últimos. Hay quienes lo llaman “deporte mental” y hasta se lo eleva a la categoría de ciencia y arte.
Cuando todavía no éramos ciudad (al igual que en los inicios de la Banda de Música), en los últimos años del siglo XIX ya se comenzaba con la práctica del ajedrez en Mar del Plata, haciéndose más popular a medida que avanzaba el nuevo siglo.
Fue en 1928 cuando se iniciaron las competencias internacionales al organizarse un Torneo Magistral de Ajedrez del que participaron figuras muy importantes de Sudamérica, al que siguieron serie de competencias que dieron gran prestigio a la entidad organizadora, tanto por su desarrollo como por los nombres de los participantes que convocaron. Entre ellos los grandes maestros internacionales Boris Spassky y Bobby Fischer en el Torneo Internacional de Mar del Plata en 1960. Años más tarde, el soviético y el estadounidense serían los indiscutidos protagonistas de la historia más famosa del ajedrez a nivel mundial. De la misma manera que Miguel Najdorf, asiduo visitante de nuestra ciudad, que ganó los Torneos de Mar del Plata en múltiples ocasiones (1941, 1942, 1944, 1945, 1946, 1947, 1956,1961 y 1964).
Tablero en la Plaza
El piso en damero del Palco de los músicos representa un tablero de Ajedrez en gran escala que no es casual. En 1984 esta obra (fotos) fue donada por José Torcivia, de profesión mecánico dental pero aficionado a reformar construcciones, quien fue vicepresidente de la Federación Marplatense de Ajedrez y jugador de la segunda categoría de este deporte.
En su inauguración, con piezas de madera tallada y acordes al tamaño del tablero, disputaron una partida el Gran Maestro Miguel Najdorf e Isidoro Fridman.
Esas piezas fueron ahora restauradas y próximamente se volverán a poner en movimiento para seguir difundiendo la práctica ajedrecística en la ciudad.